¡Sorprenda a su paladar con nuestra irresistible y deliciosa Gelatina de Uva! Elaborada con uvas rojas maduras, azúcar y un toque de limón, esta receta artesana es un auténtico placer para los sentidos. Cada cucharada de esta encantadora mermelada es una inmersión en el dulce sabor de las uvas, con la textura perfecta que se extiende suavemente sobre el pan o realza cualquier postre. Con ingredientes sencillos y amor en la cocina, creará un pequeño tarro de felicidad para compartir con sus seres queridos o saborear en momentos especiales. Prepárela ahora y descubra el placer de la mermelada casera, ¡que es pura magia!
INGREDIENTES
- 1 kg de uvas rojas maduras
- 2 tazas de azúcar
- Jugo de 1 limón
- 1/2 taza de agua
La forma de preparar esta receta es muy sencilla y estoy segura que si la sigues paso a paso podrás hacer tu receta, te quedará maravillosa.
MÉTODO DE PREPARACIÓN
- En primer lugar, lave bien las uvas bajo el grifo y quíteles el rabito. A continuación, póngalas en un cuenco grande y aplástelas ligeramente con un tenedor, dejando algunos trozos enteros para dar textura a la mermelada.
- En un cazo grande, añadir las uvas trituradas, el azúcar, el zumo de limón y el agua. Mezclar todo suavemente y dejar reposar durante 15 minutos, para que las uvas suelten sus jugos.
- Poner el cazo a fuego medio y, sin dejar de remover, esperar a que la mezcla rompa a hervir.
- En cuanto rompa a hervir, reduzca el fuego a medio-bajo y siga cociendo la mermelada, removiendo de vez en cuando, entre 45 minutos y 1 hora, o hasta que adquiera la consistencia deseada. La mermelada estará lista cuando, al gotear una pequeña cantidad sobre un plato frío, cuaje y no se corra.
- Durante la cocción, puede retirar la espuma que se forma en la superficie con una cuchara. Esto ayuda a que la mermelada quede más clara.
- Cuando la mermelada esté en su punto, apaga el fuego y déjala enfriar un poco en el cazo. Mientras tanto, esteriliza los tarros de cristal que vayas a utilizar introduciéndolos en agua hirviendo durante unos minutos.
- Con la mermelada aún caliente, viértala con cuidado en los tarros esterilizados, llenándolos hasta aproximadamente 1 cm del borde. Cierre bien los tarros.
- Deja enfriar completamente los tarros de mermelada a temperatura ambiente. Al enfriarse, los tarros crearán vacío, lo que ayudará a conservar la mermelada durante más tiempo.
- Guarde la mermelada en un lugar fresco y oscuro. Está lista para saborearla en tostadas, pasteles o como acompañamiento de quesos.
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